Más evidencias de que la cocaína hace que las células cerebrales se “canibalicen” a sí mismas
Trabajando con ratones, investigadores aportaron nuevas pruebas que respaldan la idea de que las dosis altas de cocaína matan a las células cerebrales al activar una autofagia hiperactiva, un proceso en el que las células literalmente digieren su propio interior, de manera anómala. El estudio encontró también señales de autofagia en las células cerebrales de ratones cuyas madres recibieron cocaína mientras estaban en gestación.
Las células, pueden morir por temperaturas extremas, toxinas y otras agresiones físicas, pero pueden también “suicidarse” de tres formas que están químicamente programadas y controladas por diferentes proteínas. Una de ellas es la autofagia, un “proceso de limpieza” celular normal y muy necesario, que libra a las células de los desechos que se acumulan en unas vacuolas dentro de las membranas, o “bolsas” internas de la célula. Dichas bolsas se fusionan con otras bolsas, lisosomas ricos en enzimas, que están llenos de ácidos que degradan los contenidos de las vacuolas. Cuando este proceso se acelera y se descontrola, se produce la muerte de la célula.
Una célula es como una vivienda en la que se está produciendo basura constantemente En esta analogía, la autofagia es como si fuera la “persona encargada de sacar la basura”, una función que en condiciones normales, es beneficiosa. Pero la cocaína hace que la “persona encargada de tirar la basura”, tire cosas realmente importantes, como las mitocondrias, que son las que producen la energía para la célula.
Los investifadores Solomon Snyder, Prasun Guha y Maged M. Harraz, de la Universidad John Hopkins en Baltimore, (EEUU), vieron con claridad que la cocaína produce una muerte celular neuronal a través de una autofagia descontrolada. Concretamente, la provoca mediante una catarata de señalización de óxido nítrico y enzima GAPDH. Eso concuerda con resultados anteriores de otros dos grupos de investigadores que encontraron autofagia inducida por la cocaína en astrocitos y células microgliales que, aunque no son neuronas, también tienen funciones muy importantes.